En el primer post de este blog reflejaba esa cuestión que todos nos hemos planteado alguna vez… esa sospecha de que debe de haber algo más, algo más que estudiar, trabajar, casarse, tener hijos y jubilarse… Es una sospecha universal, pero como aparentemente carecemos de medios para indagar sobre el tema, intentamos llenar ese vacío a base de otras cosas que están a nuestra disposición en esta sociedad en la que vivimos: comida, compras, coches, casas, ropa… Y pasa que nada de eso consigue llenar ese vacío, -colmar esa “búsqueda de plenitud” que diría Saúl Martínez- porque la sensación de vacío viene dada por otra cosa. Porque la plenitud, sencillamente, no está fuera, está en ti.
Pero nos han vendido que somos seres incompletos con infinitas necesidades materiales para “ser alguien”. Se espera además que en torno a los 30 ó 40 años tengas una casa con piscina y pista de paddle, un trabajo estupendo donde te dejas entre 9 y 10 horas diarias de tu vida, tres niños, un monovolumen y un apartamento en la playa, amén de vestir de forma adecuada y siempre siguiendo la moda que cambia cada temporada… Ajá… está fenomenal todo eso, pero conozco a bastante gente que lo tiene y padece ansiedad, depresión, problemas estomacales, dolores varios, y que visita al psicólogo con regularidad porque ha hecho todo lo que se esperaba de ella, ha triunfado en todos los aspectos y –sencillamente- no se siente feliz; pero lo peor es que se siente culpable por no sentirse feliz teniendo todo lo que tiene, lo cual es ya rizar el rizo de forma absurda. A veces toman pastillas que sólo encubren un problema que sigue quemando en algún lugar de la psique.
La felicidad sólo puede emanar de ti, porque es en ti donde se encuentra. No la puedes comprar, y ni siquiera te la pueden regalar. Si tus relaciones se basan en la necesidad, no van a funcionar bien. Tus adquisiciones materiales te llenarán un tiempo, y luego querrás más, y cosas aún mejores, porque nada será suficiente, porque estarás buscando plenitud en el sitio equivocado.
Si te animas a explorar dentro de ti, hay muchos caminos: el Yoga es uno de ellos, la felicidad intrínseca experimentada en la meditación te abrirá los ojos. Empezarás a mirar el mundo desde otro sitio. Disfrutarás de cada cosa que tengas, de cada experiencia bonita… pero no pondrás en manos de nada ni de nadie tu bienestar. Asumirás los momentos bajos con serenidad, y trabajarás para estar mejor, porque experimentarás, sin lugar a dudas, que tú no eres tus pensamientos ni tus emociones, recuperando tu poder. Y todo eso sin contar con la mejora física. Parece magia, pero no lo es, sólo es Yoga… y por eso ha pervivido durante miles de años.
(Imagen: Sura Nualpradid)