martes, 22 de febrero de 2011

Las dos orillas



Placer y dolor, las dos orillas del camino por las que vamos dando tumbos, a las que nos empuja la corriente, hacia o contra las que remamos hasta caer exhaustos. Queremos aferrarnos al placer y olvidar el dolor. Sufrimos porque tememos que lo bueno acabe. Vivimos en una permanente angustia que no conoce otra cosa que el futuro y el condicional “cuando”… cuando ocurra esto sé que estaré más en esta orilla del placer, cuando ocurra aquello sé que me alejaré más de la del dolor… Y mientras, nos vamos perdiendo la vida, asiéndonos con toda nuestra fuerza a esa planta de la orilla del río en la que nos queremos quedar, y las manos se nos resbalan sin remedio porque el río de la vida sólo nos dice una cosa: avanza. Y la vida sólo es ahora.
Hay algo más allá del placer y el dolor. Hay algo más que tormentas de emociones que nos conducen hacia uno u otro lado. Si cierras los ojos y buscas tu verdadero Yo, encontrarás la dicha que no depende de ninguna de las dos orillas, que se maravilla ante las corrientes , que se regocija en el mero hecho de bajar ese río hasta el mar, que te otorga la serenidad de quien se sabe parte de la magia de existir. La marea de los acontecimientos nunca cesa, si no quieres acabar agotado por ellos, busca la serenidad dentro de ti. Está ahí y está ahora, y en ningún otro tiempo ni lugar.
(Imagen: Tom Curtis)

lunes, 14 de febrero de 2011

El batir de las alas de una mariposa...


Estamos acostumbrados a ver la vida de forma lineal: seguimos el recorrido causa-efecto de la manera más simple, restringiendo el ámbito de nuestra vida a nuestro entorno inmediato. Así el mundo se va reduciendo.

Pero si un día vas por la calle y te tropiezas con una baldosa rota, ¿por qué ha ocurrido? ¿Porque la baldosa estaba rota? ¿sí?
¿Y por qué estaba rota la baldosa? Puede ser que fuese de mala calidad, ¿y por qué? Puede que el dueño de la fábrica ahorrase en costes, puede que lo hiciese porque no le va bien, y puede que no le vaya bien porque ha descuidado la fábrica… y quizá sea porque tiene problemas con la bebida, debido a que le va mal en casa… podría ser, ¿no?
Ahora bien, a eso se ha podido unir una fuerte helada que ha provocado tensión en la baldosa hasta romperla. O quizás alguien la haya roto sin querer… o incluso queriendo… o tal vez fuera de cuando el vecino del portal de enfrente se mudó y se le cayó una pesada caja.
Pero… ¿te habrías tropezado si hubieses ido atento? ¿y por qué no ibas atento?¿en qué estarías pensado? ¿en algo que pasó ayer, el mes pasado?¿o algo que tienes que hacer mañana?
Y ya por no extenderme más… ¿por qué pasabas por allí?
Cada cosa tiene múltiples causas. Ya ves, si te encuentras un día con el dueño de una fábrica de losetas… tal vez una palabra amable pueda evitar un tropiezo más adelante J  Todo está conectado. A poco que te  pares a pensarlo:
“Todos somos Uno”
Y nuestro bello planeta respira como uno. Pon tu grano de arena para que no se ahogue, hazte ese favor.

martes, 8 de febrero de 2011

Let Your Soul Be Your Pilot (Sting, 1996)

Cuántas veces dudamos sobre qué camino seguir, qué decisión tomar en las encrucijadas de la vida… La mente es experta en plantearnos opciones y analizarlas. Eso es estupendo. Los problemas vienen cuando nos quedamos enganchados en esos análisis, cuando la decisión es demasiado importante –o no- y no dejamos de dar vueltas a las posibilidades. Y no sabemos qué hacer, y las dudas nos pueden acompañar durante largos periodos de tiempo. A veces eso supone noches de insomnio –un problema, por cierto, cada vez más común-.
Si tu mente va y viene entre las opciones y no acabas de decidirte por ninguna, quizás sea porque la solución no está en la mente, o al menos, no toda. Se nos olvida que tenemos un cuerpo, un cuerpo muy sabio. Que somos más que nuestra mente. Que nuestro corazón se abre ante el amor. Y que por encima de todo, ése que piensa, baila, lee o escucha, está más allá de los pensamientos. A ése,  algunos -como Sting en esta canción- le llaman “alma”.

Cuando tu mente no te dé la respuesta, cuando no te encuentres bien y no sepas qué hacer, escucha al resto de ti más allá del parloteo de la mente, y pídele consejo al alma. "Deja que tu alma sea tu piloto. Deja que te guíe. Te guiará bien":




Cuando estés deprimido y ellos hablen
Cuando todos tu secretos queden al descubierto
Cuando tus problemas lleven las riendas
Cuando el mapa que tengas te lleve  a la duda
Cuando no haya información
Y la brújula no vaya a ningún sitio que conozcas bien
Deja que tu alma sea tu piloto
Deja que tu alma te guíe
Ella te guiará bien


Cuando los médicos no puedan curarte
Cuando nada en el botiquín consiga hacerte sentir mejor
Cuando ningún consejo te reconforte
Cuando no haya más mentiras que ellos puedan contar
Ni más información inútil
Y la brújula gire
La brújula gire entre el cielo y el infierno
Deja que tu alma sea tu piloto
Deja que tu alma te guíe
Ella te guiará bien


Y tus ojos se vuelven hacia el cristal de la ventana
Hacia las luces en lo alto de la colina
La distancia te resulta ahora  tan extraña
La habitación en la oscuridad tan en calma


Deja que tu dolor sea mi pesar
Deja que tus lágrimas sean mis lágrimas también
Deja que tu coraje sea mi modelo
Que el Norte que encuentres será cierto

Cuando no haya más información inútil
Y la brújula se vuelva hacia ninguna parte
Que conozcas bien
Deja que tu alma sea tu piloto
Deja que tu alma te guíe
Deja que tu alma te guíe
Deja que tu alma te guíe
por tu camino
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