viernes, 31 de diciembre de 2010

Wonderful Tonight (Eric Clapton, 1977)

Cuando desarrollamos nuestra capacidad de atención plena, y somos capaces de ver la belleza de la vida hasta en la carretera más desolada en esa hierba que ha crecido en un minúsculo hueco en el asfalto, entonces el mundo adquiere un sabor diferente, y el cuerpo reacciona – porque reacciona a todo- ante la belleza disminuyendo los niveles de cortisol (la hormona del estrés), respirando con mayor profundidad y serenidad. Si llegamos a amar la vida en un instante al verla reflejada tras los ojos de cualquier ser, el cuerpo generará incluso oxitocina, la hormona del amor, esa que se genera entre una madre y su bebé, la que permite que éste venga al mundo, la que se produce entre dos enamorados.
La belleza y el milagro de la existencia están ahí. Si las quieres ver, no tienes más que mirarte al espejo y preguntarte quién se oculta tras tu mirada. La belleza se esconde continuamente en lo cotidiano. Encuéntrala.
La historia de esta canción es muy sencilla: pareja que sale, ella se arregla y pregunta, “¿Estoy bien?” -Estás maravillosa –contesta  él. Van a una fiesta y al volver, a él le duele la cabeza, así que conduce ella. Cuando llegan a casa, ella le ayuda a acostarse. La conclusión: la noche ha sido maravillosa. ¿Por qué? Porque estaba impregnada de amor, porque el amor cambia la mirada ante el mundo, que se torna más bello que nunca ante los enamorados.

La cuestión es que el amor de una pareja es el reflejo del Amor de la Vida, que siendo Una, se expresa mediante dos. Cuando educamos nuestra mirada para encontrar lo bello, recorremos el camino en el otro sentido, y nos enamoramos de la Vida.
Mi deseo para esta nueva década es que recuperemos la capacidad de observar el milagro  de la Existencia. Feliz 2011. Gracias por leerme :)

miércoles, 29 de diciembre de 2010

¿Dónde estás?

¿Podrías contar el número de cosas que has hecho hoy pensando en otras? ¿Dónde te pasas la mayor parte del día? A lo mejor es más fácil contar las cosas que has hecho  con toda tu atención, conscientemente.
Creemos que estamos disfrutando una deliciosa comida y realmente estamos apenas disfrutando de un porcentaje ínfimo del sabor de un buen plato  Nuestra mente va  a la conversación, a la tele, a un periódico o a un pensamiento que nada tiene que ver con esa exquisita comida. Además, el hecho de poner tu atención en algo tan absorbente como una imagen televisiva, le restará eficacia a un proceso de digestión que comienza cuando das el primer bocado. El cuerpo funciona de forma óptima cuando nuestras acciones corporales integran a la mente.
Si pruebas a tomar un bocado con los ojos cerrados y la plena atención en el sabor, y te tomas tu tiempo para hacerlo, descubrirás un montón de matices y sensaciones diferentes. Si mantienes esa conexión con la acción de comer, aunque abras los ojos y sostengas una conversación ligera, irás integrando esos nuevos matices en tu percepción y la capacidad de disfrutar del momento, con lo que tu cerebro introducirá en el torrente sanguíneo una suave química del bienestar, que además, te proporcionará la suficiente tranquilidad como para determinar cuándo es suficiente y dejar de comer 
Este ejercicio de atención se puede trasladar a todas las áreas de tu vida. Si lo haces, poco a poco irás descubriendo una riqueza de matices, que, como con el sabor de la comida, te había pasado desapercibida. Y es que estamos acostumbrados –cada vez más-  a que nuestra atención se active sólo en los momentos intensos, con lo que nos perdemos todo el recorrido que va de uno de esos momentos a otro. Si caminas por la ciudad enchufado a un ipod y con la mente deambulando por otro sitio, te puedes estar perdiendo el brillo del sol en los árboles, la belleza de un edificio señorial o la sonrisa del niño que pasa en su cochecito y que es feliz simplemente por estar aquí. Cosas cotidianas que colorean cada momento aunque tú te empeñes en que ese trozo de la peli es en blanco y negro.
Poco a poco, la práctica de la atención en lo cotidiano, irá aumentando tu capacidad de concentración, de disfrute, tu sensación de bienestar y gratitud por el milagro de la vida y por los privilegios que disfrutas. Comprobarás que cuando estás presente, estás bien, porque sea cual sea la situación, estás ahí, respirando, vivo, agradecido y listo para actuar de forma eficaz.
“Zen es hacer una cosa cada vez”

lunes, 20 de diciembre de 2010

Dentro del Laberinto (Jim Henson, 1986)

El laberinto es un símbolo de la búsqueda interior desde hace milenios. Cualquiera que haya empezado una sabe por qué: la sensación de perderse, de no llegar a ningún lugar, de retroceder, de no entender nada, de desesperarse... mezclada con la dulce sensación de la curiosidad y con la necesidad de aprender, de salir o encontrar el centro, hacen del camino algo mágico, pese a lo complejo que pueda parecer.
Sarah (Jennifer Connelly) es una adolescente abrumada por el poder que su madrasta ejerce sobre ella. Ante la impotencia, pide a Jareth (David Bowie), el malvado rey de los Goblins  -un personaje de una obra de teatro- que se lleve a su hermanastro. Cuando éste aparece realmente en su vida para cumplir sus deseos, y se lo lleva, Sarah se arrepiente, pero la única oportunidad que le ofrece Jareth para recuperarlo es recorrer el laberinto hasta su castillo. Después de muchas vueltas, sufrimientos, grandes compañeros que encuentra por el camino, y a pesar de las trampas de Jareth, Sarah consigue llegar al castillo y enfrentarse al rey, que no quiere devolver al niño  incumpliendo su parte del trato.
Así funcionamos: buscando soluciones externas que al final convertimos en trampas. Nos han educado para asumir nuestra carencia de poder, para buscar fuera el remedio a lo que sea que nos pase, para calmar las que fueron nuestras carencias infantiles con comida o compras, para buscar remedios mágicos al dolor en pastillas, para engancharnos a cualquier fuente de endorfinas. Cualquier buen terapeuta te dirá que la solución siempre está dentro de ti, que es donde debes atreverte a buscar. Cualquier persona que lo haya comprendido te dirá que el poder que otros ejercen sobre ti, se lo otorgaste tú. El poder está dentro de ti. El amor está dentro de ti. Quizás ahora no lo creas, pero si sientes curiosidad y recorres el laberinto, lo acabarás comprendiendo: Todo está dentro de ti.
Sarah al final logra entenderlo, y el malvado rey y su mundo se disuelven en la nada. No te pierdas ni una palabra de lo que le dice Jareth, porque el diálogo es soberbio:

miércoles, 15 de diciembre de 2010

La Meditación

He hablado en algunos posts sobre Meditación. Es una de las 8 disciplinas del yoga hacia el conocimiento superior de uno mismo, conocimiento que va infinitamente más allá de lo que estamos acostumbrados en Occidente, donde la pregunta “¿quién eres?” causa tantas dudas. La meditación sigue al paso del “Dharana” o concentración, y es que ésta es fundamental para entrar en un estado meditativo, y a su vez se ve reforzada por dicho estado.
La práctica meditativa se puede definir de muchas formas, a mí siempre me sale decir para explicarlo que es el estado en que te conviertes en observador de tus pensamientos, mientras estos van y vienen y, poco a poco, van reduciendo su velocidad. Cuando la actividad mental va cesando, observas que tu respiración ha disminuido tanto que apenas es perceptible, tu cuerpo entra en un estado hipometabólico, y puedes observar tus emociones y dejarlas estar, sin dejarte llevar por ellas. En esos momentos te das cuenta de la gran verdad: no eres tus pensamientos, ni tus emociones, ni tu cuerpo, eres aquello que permanece inmutable y dichoso mientras estos van y vienen. Empleo el término “dicha” porque me parece muy apropiado para un estado cuya experiencia es de alegría sin motivo alguno. “¡Dios mío! Si resulta que en lo más profundo de nosotros somos puramente felices, intrínsecamente felices”, pensé las primeras veces que lo pude experimentar.
Mi consejo si nunca has meditado es que te sientes en una silla o en un cojín con las piernas cruzadas y la espalda recta y pruebes con una de estas técnicas:
- Concentrarte en tu respiración: Déjala ir y venir a su antojo mientras la observas. Si tu mente se va a pensamientos, preocupaciones o lo que sea, hazla volver suavemente; siente el aire entrando por tus fosas nasales, llenando tus pulmones, deslizándose por la tráquea para salir de nuevo por la nariz. No la intentes modificar, sólo observa, probablemente cambie con la mera observación.
- Contar de 1 a 100 y vuelta hacia atrás concentrándote en la cuenta, despacito, prestando atención a cada número (es el método que emplea mi maestra Pila, va muy bien cuando estás empezando). Lo mismo, si se te va la mente a otra cosa, hazla volver a la cuenta, a donde te hayas quedado.
Si perseveras, si practicas cada día, mejorarás tu atención, tu concentración, tu salud, tu bienestar.
Aquí va un vídeo de Entrevista al Dr. Vicente Simón en el programa Redes (TVE) sobre la Meditación. Asistimos ya a la conjunción de la Filosofía Oriental y la Neurobiología. Vamos bien.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Alta sensibilidad y niños

Las personas altamente sensibles* lo son porque poseen mayor número de conexiones de redes neuronales, capaces de activarse ante estímulos que pasan inadvertidos para el resto de las personas. Ese gran número de conexiones neuronales les proporcionará mucha inteligencia y grandes talentos situados en determinadas zonas del cerebro.
Los niños, siempre vulnerables, intentarán adaptarse a su condición sensible para poder sobrevivir. Por ello, ante la gran activación que les produce lo cotidiano, muchos necesitarán desconectar unas zonas cerebrales para poder absorber y soportar los numerosos estímulos que les proporcionan otras. Serán catalogados como niños hiperactivos o con déficit de atención y, por lo general, se les suministrarán anfetaminas con la intención de que re-conecten esas zonas y soporten toda su circuitería neuronal a pleno rendimiento.
En otros casos, los niños con una sensibilidad extrema, simplemente no podrán soportar el dolor que les causa una sociedad tan desquiciada como la nuestra y se aislarán casi por completo. Serán catalogados como niños autistas, o “asperger” si encuentran la forma de sobrevivir a base de rígidas rutinas. Con ellos funcionarán las terapias con animales, con cuya honesta interacción no se sentirán dañados y por eso se podrán abrir poco a poco al mundo.
De cualquier manera, parece que la posición que ha tomado la sociedad ante el incremento de “este tipo de” niños, es la de intentar adaptarlos al sistema sea como sea. Lo que yo me pregunto es si dado que su número aumenta, no debería la sociedad plantearse que – a lo mejor- lo suyo sería intentar comprenderlos y aprender de la pureza de una sensibilidad que en un futuro quizás consiga salvar el mundo de la barbarie de unos predecesores que consiguieron esquilmar los recursos naturales para que la mitad del planeta viviera de ilusiones publicitarias mientras la otra mitad moría de hambre.
Creemos que los niños no se enteran de nada, cuando somos los adultos los que estamos absortos en nuestros shows diarios. Quizás si abriésemos nuestro punto de vista e intentásemos aprender de ellos, en lugar de pretender que sean como nosotros, evolucionaríamos sin hacer daño.

*HSP: High Sensitive Person, término acuñado por la psicóloga estadounidense Elaine Aron.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Elsa & Fred (Marcos Carnevale, 2005)

Entregarse a la vida, eso que hacemos tan espontáneamente cuando somos niños, se va haciendo más complicado a medida que nos aferramos a cosas externas a nosotros. El cerebro va perdiendo plasticidad con el tiempo, capacidad de asumir cosas nuevas, de cambiar… ¿pero esto es realmente así? ¿o sólo es una consecuencia fisiológica de la identificación con el ego? Si no estoy abierta a las cosas nuevas, sólo me queda aferrarme a las viejas, con lo cual mis circuitos neuronales de siempre se refuerzan, día tras día. En cambio, si me da por aprender algo nuevo, un nuevo circuito neuronal ha de aparecer, y la energía que gasto en crearlo y reforzarlo después, la resto de un viejo patrón. Por eso hay teorías que apuntan a que una buena forma de dejar un hábito dañino es generar un hábito positivo nuevo y alimentarlo (dicen que son 21 días los que el cerebro tarda en fijar un nuevo patrón neuronal y convertirlo en hábito).
Pila, mi octogenaria maestra de Yoga, abre su centro cada nuevo curso cambiando algo, ya sean las cortinas o estanterías, o pinta las puertas. Cuando yo tiemblo del esfuerzo en una postura complicada, ella fluye con tanta serenidad y ligereza como va aceptando los cambios que le va trayendo la vida. La entrega desde un interior sereno la hace centrarse en el momento presente y disfrutarlo siempre, porque siempre se da cuenta del milagro de estar aquí. No vive de pre-ocupaciones, vive del ahora y se ocupa de las cosas cuando llegan.
Ocurre que cuando dejamos que la serenidad emane desde dentro y no la buscamos fuera, el mundo se vuelve más sereno. No hay que olvidar que el mundo es lo que percibimos, no hay una persona idéntica a ojos de dos extraños. No hay dos personas que perciban una misma situación de idéntica forma, porque llevan todo el peso de su experiencia personal encima. Igualmente ocurre que cuando el amor y el disfrute de la vida fluyen desde el interior, encontramos amor en los rincones más insospechados, o alegría en los momentos más difíciles.
Me gusta Elsa, porque es un terremoto que sacude a Fred. Me gusta Fred porque comprende que cumplir un sueño merece la pena siempre, hasta en el último momento. Siempre estamos a tiempo de hacer algo nuevo y volver a fluir con la belleza de la Vida.
El sueño de Elsa era ir a la Fontana de Trevi, porque le fascinaba La Dolce Vita y su escena del baño nocturno en la fuente. Ahí está, viviendo el presente, el amor y la vida:
                                             
Por cierto, qué grandes los personajes que nos dejó Manuel Alexandre… Le acompaña China Zorrilla como Elsa.
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