miércoles, 24 de noviembre de 2010

"El secreto de vivir", de Hombres G

Las personas que tienen una fuerte conexión con la fuente creativa son en muchas ocasiones las más capaces de traducir conceptos complejos en verdades sencillas con palabras directas.
Rudyard Kipling, el que fue el ganador más joven de un premio Nobel de literatura, decía que su receta para escribir era: “drift, wait and obey” (algo así como “dejarse llevar, esperar y obedecer”). De esta manera, la creación fluye, y es tan pura que llega con facilidad a los demás (a Kipling se le llegó a criticar el hecho de llegar a todos los públicos, como si hacerse entender rebajase la calidad de su trabajo)
De lo que no nos damos cuenta es de que, en una sociedad donde se nos educa para desarrollar nuestras capacidades intelectuales y en cambio, no se nos enseña a gestionar las emociones, la creatividad se ve tan mermada que el mundo vive de patrones prefijados, repeticiones e imitaciones. Y es que si la función intelectual no cesa, es muy difícil conectar con el campo creativo. Si leemos a autores tan relativamente recientes como Carl G. Jung o nos vamos a las antiguas enseñanzas orientales, comprenderemos que todo está ahí ya, ya existe potencialmente en ese campo. Como dice Deepak Chopra, es como si las personas más creativas poseyeran una antena receptora más potente que lo recibe mejor, recibe más y con más calidad. Si a eso le añadimos inteligencia para después ordenarlo y habilidad para transmitirlo, tendremos Arte.
Así que la creatividad pasa por soltar lo justo el control del intelecto. Y es que lo que nadie nos dice es que el intelecto es un arma de doble filo: debes usarlo, pero no dejar que controle tu vida, porque corres el riesgo de "subir" las experiencias siempre a la cabeza, mientras poco a poco vas dejando que las emociones sin expresar se vayan acumulando en tu cuerpo y te vayan restando la energía necesaria para permanecer incrustadas ahí, día tras día. En un proceso terapeútico como el “Rebirthing”, en el que vas liberando y actualizando esas viejas emociones, sesión tras sesión, lo primero que empiezas a notar es que recuperas vitalidad, porque ya no gastas toda esa energía inútil en mantenerlas “a raya”.
Como dice el Sr. Summers, buen ejemplo de persona creativa: “Hay que ser valiente y atreverse a sentir”. Ahí va, y gracias por el humor, siempre:

2 comentarios:

  1. Si le enseñas este blog a tu madre entenderá porque eres de letras y no de ciencias ;) Chapeau!

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  2. Jaja... no sé, no sé, a mí me ha costado mucho entenderlo y poder deshacerme de lo que todo el mundo esperaba de mí. ¡Qué malas son las etiquetas! Muchas gracias, guapa!!

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